Aumenta en DF frecuencia de temperaturas altas, no intensidad: experta

06/06/2012 - 3:36 pm

México, 6 Jun. (Notimex).- Los capitalinos tienen una percepción climática más aguda porque estaban habituados a tener un clima muy benévolo, señaló Elda Luyando, experta en Climatología Urbana.

La especialista de Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM recordó que hace algunos años se presentaban con menor periodicidad los días en los que se reportaban casi 30 grados centígrados.

“Esa temperatura máxima no ha aumentado sensiblemente en cuanto a rebasar un cierto umbral. No es que antes tuviéramos 30 y ahora 34, la diferencia radica en que no se presenta con la misma frecuencia”, indicó Luyando López.

Antes esas temperaturas se tenían dos o tres veces al año, por lo general de forma discontinua, pero en la actualidad se han llegado a registrar durante 10 días seguidos y los capitalinos no están acostumbrados a esa situación, señaló.

La investigadora de ese centro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) atribuyó el aumento en la temperatura al efecto de la urbanización, y puntualizó que el calor es más intenso por las mañanas.

“La diferencia entre el campo y la metrópoli en esa parte del día es muy marcada, incluso durante la época invernal se tienen diferencias que pueden alcanzar ocho y nueve grados”, precisó en un comunicado.

Para confirmar que transitamos por una onda de calor se requiere un registro diario, con ayuda de la técnica del Percentil 95. “Si las temperaturas están excedidas durante tres o más días, se habla de ese término, que suele confundirse con el de isla de calor, fenómeno provocado por el hombre”, indicó.

Ésta última es una onda más incómoda, mientras que la primera, que se presenta preferentemente en invierno, es producto de la actividad humana y de la forma en cómo hemos deteriorado el ambiente, con construcciones sin áreas verdes ni cuerpos de agua.

La climatóloga subrayó que las ondas suscitadas en los últimos 10 años se han intensificado en frecuencia; “en la noche, el calor acumulado por las edificaciones a lo largo del día no se disipa completamente y los interiores no alcanzan a enfriarse lo suficiente”.

Al día siguiente, la mañana continúa calurosa en el momento que el Sol sale de nuevo y en consecuencia, “los habitantes no pueden refrescarse ni descansar por la incomodidad”, concluyó.

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